La mitad de los autistas de edad adulta han padecido abusos de alguien en que confiaban
- Cuatro de cada diez confiesa haber sido manipulado para hacer algo que no quería por uno de ellos, según ha revelado la Sociedad Nacional de Autismo británica.
- El 44% de los enceustados confiesa quedarse en casa por miedo a padecer situaciones de acoso o abuso.
El 44% de los autistas en edad adulta confiesa quedarse en casa por miedo a padecer acoso o abusos, según ha revelado una encuesta elaborada por la Sociedad Nacional de Autismo (NAS) británica.
El 50% de los autistas cuestionados asegura haber sufrido abusos de alguien a quien consideraba un amigo, mientras que cuatro de cada diez confiesa haber sido manipulado para hacer algo que no quería por uno de ellos.
Además, según la NAS, un cuarto de los 1.300 encuestados afirma que le han robado su dinero o posesiones alguna vez.
Las conclusiones de este estudio denuncian también cómo el colectivo autista está siendo descuidado. En este sentido, dos tercios aseguran que necesitan a alguien para poder vestirse, comer o lavarse y sin embargo, siete de cada diez declara que alguna vez no han podido alimentarse y el 86% lavarse por falta de este apoyo.
NAS se mostró preocupada por que los cambios en el sistema de atención a este colectivo conviertan este tipo de negligencias en algo común.
"No es demasiado tarde. Los criterios de selección deben ser revisados para que reconozcan explícitamente las necesidades de apoyo de las personas en riesgo de abuso y negligencia y protejan a algunas de las personas más vulnerables de la sociedad”, alertó.
Según informa Autism Europe, la mayoría de los adultos que sufren este trastorno necesitan formación permanente y supervisión continua para reforzar sus habilidades. Éstas se adquieren, sobre todo, en viviendas tuteladas y trabajando en entornos comunitarios.
Actualmente, según estima este organismo europeo, gracias a este tipo de programas uno de cada tres autistas puede trabajar en comunidad con diferentes grados de independencia.
En España, no existe un censo que determine el total de personas que padecen este trastorno es por eso que no hay estudios a nivel nacional sobre los problemas sociales a los que se enfrenta este colectivo.
Cada comunidad es la encargada de gestionar programas para ayudar a estas personas ya sea a través de subvenciones públicas o donaciones privadas.
Puesto que el trastorno se engloba dentro del mundo de la discapacidad, las subvenciones provienen, en su mayor parte, de la Fundación ONCE y del Ministerio de Sanidad.
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